La clave siempre está en saber leer las señales. No importa lo convencido que estés de tu verdad, incluso cuándo tu misma subjetividad te lleve a inclinar los signos a tu favor. Siempre supiste que en el fondo la realidad fue, es y será otra. Me tomé varios meses para aceptarlo y desde ayer, pasé a otro estado, algo así como bueno, ya, no quiero pero lo entiendo y es tiempo de moverme de verdad. Una especie de libertad medio triste pero LIBERTAD al fin. No va a pasar, pero tiene que pasar otra cosa que hoy quizás puedo empezar a recibir. Con desconfianza aún, sorprendeme, vos, que por algún lado estás.